El 13 de septiembre de 1847 se llevó a cabo la Batalla de Chapultepec entre Estados Unidos y México, en ocasión de la invasión efectuada por los primeros.
En el marco de la guerra mexicano-estadounidense, el mencionado combate precipitó el final a favor de los americanos quienes al día siguiente ocuparon el Palacio Nacional.
A los efectos de enumerar algunos antecedentes, la Batalla de Chapultepec ya había sido facilitada por el hecho conocido como Guerra del 47. Estados Unidos ya se había anexado Texas, entonces perteneciente a México, Veracruz, Contreras y Molino Rey. Una vez obtenido el dominio de todo el valle de México, avanzaron hacia el cerro de Chapultepec que les proporcionaría el acceso a la capital.
En el cerro funcionaba el Colegio Militar que entonces albergaba a los cadetes bajo el mando de José Mariano Monterde. A éstos les correspondió defender con gran valentía la causa mexicana, ya que no contaban con más de 18 años, característica que les proporcionó sobrado heroísmo si se los compara con el experimentado ejército del bando contrario. Si bien el castillo estaba débilmente fortificado, las obras se habían realizado un año antes de la guerra, justamente previendo el ataque, las fuerzas estadounidenses al mando del General Winfield Scott rodearon el lugar desde todos sus flancos, situación que hizo imposible librar tamaña ofensiva, más allá de la valerosa resistencia emprendida por los cadetes.
Más aún, en medio de la violenta batalla, se solicitó al General Nicolás Bravo, militar y político, Presidente de México en 1846, autorización para emprender la huida con los cadetes, pedido que fue terminantemente denegado. Perecieron gran cantidad de jóvenes y, de mas está decir, los sobrevivientes fueron hechos prisioneros y algunos de ellos fundaron, posteriormente, la Asociación del Heroico Colegio Militar.
La historia mexicana los recuerda como “los niños héroes”, encontrándose sus placas conmemorativas en el palacio que hoy día alberga al Museo Nacional de Historia.
FUENTE: LAGUIA2000